LOS ARTESANOS
La tradición se debe a don Viviano Vargas (quien falleció el 20 de diciembre de 2004 a los 94 años de edad), considerado el mejor tallista de Canoabito. En su juventud, desempeñándose como conuquero para divertirse, empezó a tallar figuras de madera, con un par de loritos como su primer resultado. Se casó con Susana Flores, tuvieron nueve hijos y más de 100 nietos. Así, en toda la comunidad se encuentran familiares (que ellos identificaron como "el conjunto de Vargas") inspirados por Viviano, que han seguido con mucho éxito esta actividad.
Otra familia igualmente activa en el ramo es la de Juan Bañez. Su mentor en el arte de la talla de madera fue su suegro, don Viviano Vargas. Dice: "Nosotros comenzamos en el año 1975 a hacer unas muñequitas en madera. Al principio, Viviano y yo las regalábamos porque las hacíamos para entretenernos. La gente se las llevaba y nos regalaba algo. Así empezaron a hacernos encargos. Fue llegando gente y fuimos creciendo". Bañez asegura que la madera le habla. "Uno mira la madera y ella le dice qué figura es la que sale... y no está lejos de ella ya que los cortes y tallados en este noble material deben hacerse siguiendo sus vetas".
Sin tener en mente hacerlo, Juan Bañez y Viviano Vargas iniciaron un oficio que ha dado identidad a Canoabito. Ahora, la mayoría de sus hijos y nietos están relacionados con la talla.
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