"Santo Cristo de La Grita" |
Pintor
y tallista nació en La Lajita de Sto. Domingo en el Edo. Táchira el 3 de Abril de 1904, hijo de Gerónimo Luna y Recta Ostos. De origen humilde,
desde temprano se dedicó a labores agrícolas. No tuvo educación formal
pero aprendió a leer, escribir y desarrollar su sensibilidad plástica y
musical.
En su adolescencia comenzó a hacer trabajos de restauración de
santos y retratos para los vecinos de su localidad. A los 14 años
fabricó su primer instrumento musical, una suerte de arpa antigua,
inspirada en una imagen vista en una estampa; posteriormente construyó
un violín, tallado de una sola pieza de madera (Museo de Antigüedades de
Ramón Elías Camacho, La Grita, Edo. Táchira). En 1940 contrae
matrimonio con Elvina Luna, del cual nacen cuatro hijos: Rosario,
Carmen, José y Honorio, éste último heredó de su padre la inclinación
por la pintura y la talla. En 1964 se residencia en La Grita, donde será
conocido como retocador de santos. Con el tiempo comienza a elaborar
sus propias imágenes religiosas en yeso. Sin abandonar las labores del
campo, continúa pintando valiéndose de materiales elementales y escasos
recursos técnicos: para las imágenes religiosas que restauraba,
preparaba un pigmento con sapolín y colorantes naturales elaborados por
él mismo, y pinceles hechos con fibra de fique, trabaja sobre cartones,
cartón piedra y láminas obtenidas a partir de latas vacías, en ocasiones
utilizó los cartones por ambas caras. A partir de 1961 comienza a
pintar con pinceles industriales, sapolín y un tipo de pintura en polvo
de varios colores que luego mezclaba con aceite de tártago y aceite de
linaza, para crear una pasta con la que retocaba las imágenes. Luna
Ostos mantiene el uso de colores fríos y degradados, incluso cuando
trabaja con óleo. Hacia 1974 inicia la talla de figuras religiosas con
anime vegetal y posteriormente madera de cedro. Lector asiduo de la
Biblia, la iconografía religiosa es el tema predominante de sus
representaciones y tallas; así como en la pintura lo son la figura de
Simón Bolívar, los paisajes y la crónica de la vida de su región. En
1982 participa en los Circuitos Culturales del Táchira, organizados por
la Dirección de Cultura de Táchira, con una panorámica de La Grita, por
la que recibe el tercer premio y las "Jornadas extensionalistas de la
ULA" (Museo Bolivariano, La Grita, Edo. Táchira, 1987). En 1983, los
artistas Ramón Elías Camacho y Néstor Melani organizan la primera
individual de Luna Ostos, en el Liceo Militar Jáuregui.
Su obra se da a conocer en el país cuando en 1988 los organizadores del I Salón Cervecería de Oriente, en su recorrido por la región, descubren la obra del artista. Su participación en el mencionado salón con las obras La agonía de Bolívar (1978) y La muerte de Bolívar (sin fecha), lo convierte en ganador del Premio Lorenzo Alejandro Mendoza Quintero. A partir de esa fecha comienza la divulgación de su obra: el investigador Mariano Díaz reseña su trabajo en el libro Fabuladores del color (Caracas: Fundación Bigott, 1988). En 1991 obtiene el Premio Malú Fuenmayor para pintura de la III Bienal Salvador Valero. En 1992 participa en la III Bienal Bárbaro Rivas con la obra Procesión en La Grita (colección GAN) y en la colectiva de arte popular "Artistas de La Grita", ambas en el Museo de Petare. Ese mismo año es incluido en la muestra "Imágenes del genio popular" (GAN). En 1993 participa con dos obras en la muestra "Confluencias", en la Galería Tito Salas y el Museo de Petare. En 1994, el Museo de Petare organiza una retrospectiva con 32 obras del artista entre tallas y pinturas, titulada "Una visión compartida. Una antológica de Francisco Luna Ostos". Para ese entonces, el artista, con 90 años de edad, se ha retirado de la actividad plástica debido a su precaria salud.
Su obra se da a conocer en el país cuando en 1988 los organizadores del I Salón Cervecería de Oriente, en su recorrido por la región, descubren la obra del artista. Su participación en el mencionado salón con las obras La agonía de Bolívar (1978) y La muerte de Bolívar (sin fecha), lo convierte en ganador del Premio Lorenzo Alejandro Mendoza Quintero. A partir de esa fecha comienza la divulgación de su obra: el investigador Mariano Díaz reseña su trabajo en el libro Fabuladores del color (Caracas: Fundación Bigott, 1988). En 1991 obtiene el Premio Malú Fuenmayor para pintura de la III Bienal Salvador Valero. En 1992 participa en la III Bienal Bárbaro Rivas con la obra Procesión en La Grita (colección GAN) y en la colectiva de arte popular "Artistas de La Grita", ambas en el Museo de Petare. Ese mismo año es incluido en la muestra "Imágenes del genio popular" (GAN). En 1993 participa con dos obras en la muestra "Confluencias", en la Galería Tito Salas y el Museo de Petare. En 1994, el Museo de Petare organiza una retrospectiva con 32 obras del artista entre tallas y pinturas, titulada "Una visión compartida. Una antológica de Francisco Luna Ostos". Para ese entonces, el artista, con 90 años de edad, se ha retirado de la actividad plástica debido a su precaria salud.
En "Fabuladores del color" de Mariano Díaz - 1988
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