LUIS ENRIQUE MORENO - artista popular



- Luis Enrique Moreno, entrevista realizada por la periodista Akaida Orozco -

Luis Enrique Moreno. Nació el 14 de febrero de 1961 en el pueblo de San Mateo, estado Aragua. 

A.O: ¿Qué nos puede contar sobre sus inicios como pintor?, ¿cómo llegó a la pintura?

Yo comencé a pintar gracias a mi tío Emiliano Díaz que era pintor, ya está fallecido. Mi familia por parte de papá, toda del estado Aragua, es de artistas, pero ellos son músicos; mi padre, por ejemplo, tocaba la trompeta y cantaba. Mis hermanos también son artistas, aunque ellos no se han dado cuenta pues no se dedican a esto como un trabajo regular pero ellos son artesanos, trabajan la madera, hacen tallas, muebles, cualquier cosa que les venga a la imaginación. A mis hermanas siempre les gustó el baile, de hecho participaban en las fiestas tradicionales del pueblo y querían estudiar arte dramático, pero en aquel momento ellas fueron frustadas y se quedaron sin estudiar actuación. En total, somos nueve hermanos, yo soy uno de los hijos del medio, y desde niño supe que me gustaba la pintura, pero sabía muy bien qué era eso. Recuerdo que yo estudiaba en la escuelita rural de mi pueblo, San Mateo, y se abrió un concurso de pintura y yo quería participar pero según la maestra el promedio no me daba para asistir; me puse a llorar. Luego en el liceo me preguntaron una vez qué quería ser yo cuando fuera grande y yo dije que quería ser pintor y todo el mundo se rió. Pero yo igual no sabía muy bien de qué se trataba eso de ser pintor; yo nunca fui adicto a la pintura ni nada, yo no pintaba en mi casa ni nada de eso. Sólo sabía que me gustaba.


Y me retiré del liceo, si yo no iba a ser pintor no quería hacer más nada. Yo  me interné en mi casa durante 10 años; no hacía absolutamente nada, no trabajé ni estudié, estaba encerrado. Salí de mi casa a los 27 años. Luego pasé por varios procesos de búsqueda interna, estuve mucho tiempo tratando de encontrar algo que me dijera por aquí es la cosa e incursioné en la actuación, me paseé por varios canales de televisión, yo era un muchacho retraído, sin ningún tipo de experiencia, tenía miedo escénico, y tanto insistí que me dieron varios papeles de extra, y con el tiempo se me quitó la pena... Pero con el tiempo me di cuenta de que eso no era lo mío. Después comencé a estudiar piano en La Victoria pero la maestra se enfermó, suspendimos las clases y lo olvidé. Así que comencé a tomar clases de pintura con el señor Henry Colmenares, allá mismo en mi pueblo, yo le pagaba cinco horas de clases. Él no era pintor, había sido seminarista y tenía conocimientos. Yo tomaba clases con puros niños, esos eran mis compañeros de pintura. Lo poco que yo ganaba de dinero en esa época lo ahorraba para comprar materiales, los lienzos, las pinturas, los pinceles, y me agarró una fiebre terrible por pintar, todas las semanas hacía un cuadro. Me satisfacía yo espiritualmente y el cuadro lo regalaba; eso lo hice durante muchos años. Hasta que alguien me dijo que yo podía vender mis cuadros y podía vivir de eso...

A.O: ¿Qué pintaba en aquel momento?

L.M: En aquel tiempo hacía paisajes muy populares, de mi pueblo, personajes, pero más que nada me gustaba pintar temas históricos, me iba a los museos, a las iglesias. Luego comencé a incorporar materiales de la calle, metía chapas, palos de escoba, latas de refresco muy viejas que cortaba y pegaba, cabezas de muñecos, papeles, todo eso lo incorporaba a mi cuadro.


A.O: ¿Y desde cuándo comenzó a pintar con el estilo que tiene ahora que es como una especie de puntillismo?

L.M: Desde el 2004 asumí este estilo. En ese momento yo visitaba al maestro Jaime Moronto en su taller donde daba clases de publicidad,  él ya no está aquí, tiene varios años viviendo en Italia. Un día él descompuso unas fotos en su computadora y se deformó tanto que se formaron muchos cuadritos, los píxeles, y eso a mí me llamó mucho la atención, causó en mi una conmoción. Lo vi muy interesante y me dije que por ahí era el camino. Me llamó tanto la atención esos puntos, esa descomposición de la imagen que empecé a investigar a los impresionistas fundamentalmente, sus colores, las texturas que lograban con los puntos. Muchos artistas me criticaron por hacer puntillismo, me dijeron que ya no se pinta así, pero a mí me interesa investigar sobre esa técnica, debo tener la libertad de hacerlo porque es parte de mi proceso como artista, nunca lo había hecho y me llama la atención.



Yo comencé pintando vírgenes. Cuando yo salí de 6to grado lo primero que me regalaron fue una virgen y yo no entendí, porque nunca he sido creyente ni religioso ni nada de eso. Luego, como a los 29 años, en un paseo de esos que yo daba por el cerro de San Mateo, por los ríos, me encontré una piedrita con la virgen, ahí me dije que quizás debía pintar vírgenes toda la vida. Lo tomé como una señal y le dediqué gran parte de mi vida. Fíjate, en aquel momento, las vírgenes que yo hacía eran de un solo tono, la trama de puntos era muy cerrada, los puntos eran muy sutiles, yo siento que el mosaico es un arte místico. Yo siempre quería hacer una sola virgen y trabajar un solo punto pero el subconsciente me pedía que pintara otros tipos de puntos. En aquel tiempo yo tenía un grado de concentración muy grande, los puntos eran muy pequeños y cuidadosos, como una cabeza de alfiler. Hasta el momento aún sigo haciendo vírgenes, ellas me llaman, las veo en sueños, incluso cuando las pintaba a veces las veía. Y yo no me considero religioso; una vez hice un cursillo en la iglesia, en esa búsqueda de entender por qué yo soy así, por qué me pasan ciertas cosas pero nunca lo comprendí, por ejemplo, yo no nací para casarme ni para tener una familia propia, pero nací para pintar.

A.O: ¿Qué vino después de las Vírgenes, pintó a otros santos?

L.M: Sabes que desde 2004 para acá a mi me dio por pintar a todos los santos llamados universales. En algún momento yo me dije, tengo pintar una Identidad Nacional, es decir, un cuadro donde se represente nuestra historia venezolana desde Cristóbal Colón, pasando por la Independencia, hasta hoy en día. Ese cuadro mide 3x2 metros; yo quería mostrar ahí el rostro de la identidad nacional pero aún no he podido hacer ese cuadro. Fíjate, Venezuela no tiene identidad, a nosotros nos falta mucho por afianzar una identidad propia, a la gente le ha gustado más copiar identidades ajenas, como la de España, la supuesta madre patria, cuando los españoles lo que hicieron fue masacrarnos, robarnos no sólo nuestro oro sino también nuestras costumbres. Sobre este tema de la identidad he hecho cuadros pequeños pero ese cuadro no lo he podido terminar; ese gran cuadro está formado por varios cuadros más pequeños a su vez. No lo he podido terminar porque he tenido que suspender en varias oportunidades ya que los salones de arte piden ciertas cosas y resulta que mi investigación en determinados momentos va por otro lado, entonces varias veces me he tenido que salir de lo que estoy haciendo, de mi investigación personal para pintar algo con lo que pueda participar en los salones de arte. Pero es un trabajo que tengo pendiente y espero terminar pronto.

También me interesan mucho los personajes históricos tanto los próceres como personajes del pueblo, los personajes bíblicos y de culto, como María Lionza o el Negro Felipe, por ejemplo. Me gusta contar a través de mis pinturas la vida de Simón Bolívar, la vida de la Negra Matea, la vida de los aborígenes... Después, desde 2005 más o menos, fue cuando me comenzó a interesar pintar a Frida Khalo, era un llamado, una necesidad de pintarla.



A.O: Echando la vista atrás y considerando lo que hace ahora, ¿Cómo definiría Luis Moreno su pintura?

L.M: Yo creo que mi pintura ha ido madurando poco a poco con respecto al conocimiento que he adquirido, a las investigaciones. Al principio creo que mi pintura era improvisada, ahora me he vuelto una especie de cronista de la pintura. Investigo sobre los temas que quiero pintar, investigo en la historia, me interesa comunicar cosas no que la pintura se quede en el cuadro. No puedo desligar el tema de la pintura. Por ejemplo, en mi última exposición sobre Frida Khalo está el tema que es Frida, pero también está la técnica que quiero mostrar y el estilo. El trabajo de pintar es un trabajo serio, es una responsabilidad conmigo mismo y con el público que ve mis cuadros porque me interesa llegar a mostrar lo que siento y lo que hay dentro de mi; a través de los colores que uso por ejemplo, intento decir cosas, expresar sentimientos, mis miedos, mis angustias, mis frustraciones, el querer tener una familia, tener hijos, una esposa y no poder; eso está plasmado visualmente.

A.O: ¿Usted considera que su arte es popular?

L.M: Sí, popular en el sentido de que no estudié en ninguna escuela, de que mi obra no es academicista, de que no domino el trazo, por decirlo de algún modo. Mis pinturas yo las hago intuitivamente, a drede pues, me las imagino o las veo y las pinto. Lo popular me da la libertad de pintar como yo quiero y no como lo dicta la academia. Después que estudias te sesgas, la academia te cuarta la libertad, te contamina.

ver entrevista en: http://encontrarte.aporrea.org/144/entrevista/


CONTACTO: Carretera Nacional, entrada a San Mateo, barrio La Linea, casa número 20

teléfonos: 0244 9714231 / 0426 6346863
correo: luis8584511@yahoo.com

San Mateo - Edo. Aragua

No hay comentarios: