La Fundación Bigott se constituyó en el año 1963. Desde entonces ha desplegado una continua trayectoria institucional a través de programas educativos, culturales, agrícolas y ambientales. Posteriormente, y de acuerdo a la necesidad de redimensionarnos, acordó (1981) concentrar sus actividades en la promoción, desarrollo y fomento de la cultura tradicional en todos sus aspectos.
Esta institución busca convertirse en un modelo de participación e integración cultural, teniendo como punto de referencia la idiosincracia nacional y promoviendo la identificación cultural con nuestro país.
La misión institucional de la Fundación Bigott es promover y difundir la cultura tradicional venezolana en todos sus aspectos. Esta misión ha crecido en respuesta a la demanda de sus productos y servicios, lo que le ha otorgado con los años, un liderazgo incontestable en este terreno.
La misión institucional de la Fundación Bigott es promover y difundir la cultura tradicional venezolana en todos sus aspectos. Esta misión ha crecido en respuesta a la demanda de sus productos y servicios, lo que le ha otorgado con los años, un liderazgo incontestable en este terreno.
El rol mediador desarrollado por la Fundación Bigott, le ha permitido definir programas que buscan establecer un puente muy sólido entre las fuentes de lo popular y las grandes audiencias nacionales.
Fundación Bigott busca convertirse en un modelo de participación e integración cultural, en el que la idiosincrasia del venezolano y la identificación cultural con el país, sea el principal norte.
Fundación Bigott busca convertirse en un modelo de participación e integración cultural, en el que la idiosincrasia del venezolano y la identificación cultural con el país, sea el principal norte.
La estrategia para el logro de este objetivo se desarrolla por medio del entusiasmo, el orgullo y el sentido de pertenencia. Valores como el trabajo en equipo, la honestidad, la participación, la identificación, el carácter constructivo y la innovación complementan la propuesta de la institución.
TEXTO EN http://culturasucre.wordpress.com/otras-iniciativas-culturales/fundacion-bigott/
"CULTURA POPULAR QUE SE ESPARCE COMO EL HUMO"
"CULTURA POPULAR QUE SE ESPARCE COMO EL HUMO"
Con un presupuesto de un millón de dólares anuales para proyectos educativos y de difusión, la Fundación Bigott tiene ya cerca de tres décadas cultivando el gusto por la cultura tradicional
Cómo se toca la bandola llanera? ?Cómo se baila el tamunangue? ?Qué significado tienen realmente los Diablos de Yare? ?Qué magias se ocultan detrás de la fabricación de un buen cuatro larense? Estas y tantas otras interrogantes -sobre lo que somos como pueblo, sobre nuestra propia identidad- acaso permanecerían en la sombra o reinarían tristemente en los desvencijados rincones del olvido, a no ser porque -desde su creación en 1981- la Fundación Bigott abrazó como su nicho natural el rescate, la preservación y la difusión de nuestra cultura popular.
Esta organización cuenta con un presupuesto anual cercano al millón de dólares, que se invierte tanto en sus propios gastos operativos como en sus programas educativos y de difusión. Tiene 15 empleados directos "y una asociación civil, llamada Autana, que son los profesores que imparten las clases acá", según introduce su gerente general, Marta Apitz.
Cigarrera Bigott maneja, no obstante, otras aristas no menos relevantes en su gestión de RSE, tales como el programa de manejo adecuado de agroquímicos, programas para el cuidado de la atmósfera, reciclaje de desechos sólidos, tratamiento de efluentes industriales, control del agua y reducción del consumo de energía, y las campañas "18 y punto", "Voluntarios por Venezuela" y "Creciendo".
Hitos en la memoria
Cuando se revisa la historia de Fundación Bigott, se constata que son varios y diversos los hitos. Se podría comenzar, por ejemplo, mencionando aquellos documentales para la televisión, transmitidos desde los años 80 por RCTV y Venezolana de Televisión (VTV) -hoy a través de La Tele y 30 televisoras regionales- llamados Encuentro con. Eran unos micros sobre nuestra cultura popular, que revisaban un tema por episodio, y con frecuencia se grababan en las propias regiones: la gaita zuliana, los tambores de Naiguatá, las tonadas llaneras, por ejemplo.
Apitz explica que "la compañía, en un momento dado, decidió dejar a un lado Encuentro con y dedicarse a otras cosas". En total se hicieron 136 micros de esta serie, que permanecería activa entre 1981 y 2000. Este año la Fundación Bigott hará un refrescamiento del formato y lanzará tres nuevos episodios.
Otra referencia de rigor es la revista Bigott, que irrumpió en los quioscos en 1983 -hasta 2004-, y en cuya jefatura de redacción estaría por un período dilatado la veterana periodista Milagros Socorro. Asimismo, la revista 21, que -precisa Apitz- "no te hablaba de cultura popular, sino de cultura venezolana urbana. Así que decidimos reenfocarnos en lo que somos expertos, que es la cultura tradicional, y quizá dejar a un lado ese abanico de cultura venezolana que da para mucho".
En el año 2000 la Fundación Bigott toma como sede una casa en el casco colonial de Petare. "La comunidad de Petare está muy metida aquí, en nuestros talleres de cultura popular. Más o menos 50 por ciento de nuestra matrícula pertenece a las zonas aledañas a Petare", relata la gerente.
Ambos proyectos editoriales, revista Bigott y revista 21, fueron enfriados de momento a favor de la inversión en proyectos educativos. El reto era masificar y, por eso, se crea el proyecto "Venezuela es nuestra Siembra".
En todo el país
Apitz expone que este proyecto está conformado por "convenios que, en una primera etapa, se suscribían con la Fundación del Niño y el Ministerio de Educación", pero que ahora se firman con las gobernaciones y las alcaldías. La Fundación Bigott aporta el conocimiento, los materiales y los profesores, y la gobernación o la alcaldía respectiva aporta la lista de los maestros de educación básica y la logística. "Son talleres que duran dos días, intensivos, pero el ciclo del convenio dura más o menos un año, ya que está conformado por tres talleres. A la finalización de esos tres talleres, se hace un cierre -a los cuatro meses-, donde los profesores, después de haber practicado en sus aulas de clases con sus maestros lo que aprendieron en estos tres talleres, van a una presentación, en donde tiene presencia la fundación, el gobernador, y allí se da como el cierre final". Todo lo anterior funciona bajo la denominación de "formación de formadores".
Este programa inició en 1995 y cerró por primera vez en 2000. Luego se retomó en 2004. En total se han formado 10 mil maestros, que tienen un impacto indirecto en unos 50 mil niños y niñas. En términos de locaciones, "Venezuela es nuestra siembra" ha tocado casi la totalidad del territorio nacional.
Con las comunidades
Otro lado del proyecto educativo de Fundación Bigott es la formación en danza, indumentaria y canto -entre otras manifestaciones- en diversas comunidades de la región capital. Dichas comunidades son, específicamente: Boquerón, La Vega, San Juan, Bello Campo, Pedregal y Petare. La gerente cultural comenta que, "adicionalmente, en Petare estamos haciendo los talleres para líderes comunitarios en cultura tradicional, con los consejos comunales de Petare. Es una experiencia nueva, en la cual los líderes comunitarios van a estar durante todo un año -el programa comenzó en enero- financiados por la Fundación Bigott, y ellos no solamente van a aprender, por ejemplo, a tocar cuatro, sino también a enseñar la metodología de enseñanza para dar clases de cuatro en su comunidad (.) así como talleres de percusión, canto, danza e indumentaria".
Los talleres de cultura popular son el concepto madre del programa educativo que, en resumen, parte de la sede, con los talleres que se imparten a diario, pasan luego a la formación de líderes comunitarios -a través de los consejos comunales de Petare-, sigue hacia las zonas mencionadas de la región capital, y por último se esparce por todo el país, a través del programa "Venezuela es nuestra siembra".
Difusión
La otra cara de la Fundación Bigott son sus proyectos en el área de difusión, la cual tiene a su vez dos vertientes: el proyecto editorial y el proyecto discográfico. En libros "tenemos diferentes tipos de publicaciones, la Serie Mayor, sobre cultura tradicional, tenemos otra línea que es la Bigotteca, un poco más amplia, que toca historia, literatura, antropología, periodismo, poesía". Igualmente tienen una serie llamada "En Venezuela", que ha publicado libros de bolsillo como "el Rock en Venezuela" y "la Telenovela en Venezuela", entre otros. "Este año estamos abocados a los Cuadernos Educativos, darle apoyo al área docente, para tener material impreso, para impartir los talleres". Asimismo, tienen una serie llamada Cuadernos de Estado, "que son -por ejemplo- el cuaderno en tradiciones del Zulia y de Carabobo".
Finalmente, en la parte discográfica, "tenemos dos grupos de proyección: Vasallos del Sol, que tiene 18 años, y con un repertorio afrovenezolano, y Pomarrosa, que son temas más urbanos. Tuvimos también al grupo Pasacalle, hasta 2005. Adicionalmente hacemos discos. Hemos hecho discos de Cheo Hurtado, de Cecilia Todd", comenta la gerente.
De manera complementaria, Fundación Bigott cuenta con un centro de documentación. Y por si fuera poco, el ente se mantiene permanentemente haciendo investigación en el área de cultura tradicional venezolana.
Algunas actividades completan la oferta: por ejemplo, cada tanto hacen en la sede una especie de tertulia denominada "Noches de Luna Llena", y -todos los miércoles- "los cafecitos".
Hallarle un sentido a la vida
Reyna Bello es una dama al borde de la cincuentena que, al ser consultada sobre qué hace en la Fundación Bigott, responde echando mano del humor: "!Qué no hago!". Está vinculada a la organización desde que la misma se asentó en el casco colonial de Petare, y comenzó como una estudiante: "Fui becada, fui haciendo mis talleres, y al paso del tiempo soy una profesora de la fundación".
Reyna es una de las instructoras del proyecto "Venezuela es nuestra siembra". Percibe una remuneración por su trabajo, y el instrumento que aprendió a ejecutar fue el cuatro. También aprendió danza. "Vi todos mis talleres de lectura musical, de técnica vocal", dice con orgullo. "La fundación te da la oportunidad de descubrir si eres capaz de manejar algún instrumento, de cantar. Segundo, es tu identidad. Ellos te ayudan a descubrir tu identidad, a conocer nuestras manifestaciones culturales. Y las nuevas técnicas y herramientas de cómo llevas la danza tradicional a la escuela, cómo trabajas los valores a través de ella. Yo vengo cuatro o cinco días a la semana", da cuenta de su rutina. "Mi hijo me dice que me va a mandar la cama", sonríe. "La gente que llega aquí transforma su vida".
De su lado, y con una guitarra más grande que él entre los brazos, Tayron Aguilera López es un joven de 24 años, con un leve retardo, que se presenta sin ambages: "Soy profesor de cuatro y de mandolina". Asiste a la Fundación Bigott desde que era niño, y -en estos momentos- lo hace de manera diaria. Asegura dominar las claves de Do Mayor y Sol Mayor, y sostiene que lo que más disfruta son los cantos larenses. Comenta que ahora recibe clases de bandola llanera, y, con una sonrisa solícita que cuelga entre sus mejillas, se despide alegremente y vuelve a internarse en el ensayo.
Alejandro Ramírez Morón
"SIENTE LA TRADICIÓN"
Video clip conmemorativo de los 25 años de Fundación Bigott.
Video de Julio Méndez, Música de Jesús Rondón
Video clip conmemorativo de los 25 años de Fundación Bigott.
Video de Julio Méndez, Música de Jesús Rondón
Dirección:
Plaza Sucre Centro Histórico de Petare, Calle El Vigía, Casa 10-11.
Municipio Sucre.
Caracas, Venezuela
Teléfonos:
Teléfonos:
(0212) 272.2020 / Fax: (0212) 272.5942
WEB OFICIAL: http://www.fundacionbigott.com
VISITA EL "CANAL" DE LA FUNDACIÓN BIGOTT
EN YOUTUBE :
https://www.youtube.com/user/FundacionBigott
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